domingo, 14 de abril de 2013

Áreas Protegidas- San Miguel



El Parque San Miguel, ubicado en Rocha casi en la frontera con Brasil, ingresó al Sistema Nacional de Areas Protegidas. Se trata de un área que ocupa 1.500 hectáreas, cubiertas en gran parte por monte indígena y una vegetación de pajonales. Allí se aprecia gran variedad de especies de aves.


En el paisaje predominan las llanuras bajas internas y lagunares. Asimismo se encuentran zonas más altas de sierras rocosas.
El monte indígena es una de las principales características del paisaje, puesto que el área está cubierta en gran parte por este tipo de vegetación.
También conviven pajonales y una gran variedad de especies como el palo de fierro, el temberati, el arrayán, la coronilla y el tarumán.
Numerosas especies reposan y se reproducen en el parque natural. Las aves que abundan en el paisaje son los cuervos, los picaflores y churrinches, entre otras. Hay además diversidad de mamíferos, anfibios y reptiles.
Tras haber ingresado al SNAP, las autoridades de las Dinama, junto a los vecinos de la comunidad, elaborarán un plan de manejo donde definirán pautas y planes para el uso del área. Para esto se conformará una Comisión Asesora Especifica del Parque Nacional San Miguel.
Si bien la zona acaba de ingresar al sistema, San Miguel es uno de los lugares protegidos más antiguos de Uruguay.
Fue creada en 1937, instancia en la que el fuerte fue declarado Monumento Nacional y que denominaron Parque Nacional a las tierras que lo rodeaban.

Una forma de conocer este Parque es a través de tres de sus atractivos más cautivantes:

El Cerro Picudo y su vista maravillosa

Uruguay no tiene grandes alturas, pero sin dudas, tiene grandes cerros, como el Cerro Picudo, que es grande no por su altura, sino por su presencia elevándose sobre una vasta llanura. Tiene unos 100 metros de altura y una de las más hermosas vistas de Rocha y del país.
El camino que lleva al Cerro Picudo nace en la Ruta 19 y está bien señalizado. Para llegar a su base hay que recorrer unos tres kilómetros, que pueden hacerse a pie, a caballo (que alquilan en el Fortín de San Miguel), o en coche.
Una vez en la cima, se puede terminar de apreciar el maravilloso paisaje en toda su amplitud: el pueblo 18 de Julio, el arroyo San Miguel, lagunas, bañados, mucho verde, un cielo celeste y una indescriptible sensación de paz.





Un Fuerte histórico

El Fuerte de San Miguel presenta un aspecto que invita a sumergirse en otra época, aquella en la que España y Portugal se disputaban estos territorios y construían fortificaciones amuralladas desde donde podían controlar todo lo que pasaba por la zona.
De planta cuadrada con cuatro baluartes, más foso y puente levadizo, entre 1740 y 50 adquiere su forma definitiva de 300 metros de perímetro.
En las instalaciones interiores hay un museo en el que pueden encontrarse uniformes y prendas militares, premios y condecoraciones, todo tipo de armamento, así como réplicas de utensilios y enseres del período colonial.




Alojarse en un Fortín con mucha energía

Edificado con piedras talladas a mano y carpintería de algarrobo, cedro y roble, el Fortín de San Miguel es un lugar ideal para alojarse. Está todo rodeado de vegetación y magníficas palmeras, algunas de las cuales, curiosamente crecen equidistantes, formando una perfecta escalera.
El edificio es fascinante, y algunos de sus más pintorescos lugares son las galerías desde las que se contempla el paisaje en un marco incomparable.





Fuentes:


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